MAAT, JUSTICIA DIVINA

En la mitología egipcia, Maat se presentaba como la hija de Ra. Más que una deidad, Maat es un símbolo de la Verdad, la Justicia Universal, el Equilibrio y la Armonía cósmica que siempre deben existir en el mundo. Estaba estrechamente ligada al faraón y en sí contiene la cosmovisión egipcia.

Para los antiguos egipcios, Maat era la fuerza benefactora que nutrían a los dioses, como por ejemplo a Ra, cuando este debía pasar por el Inframundo cada noche, vencer al Mal, y volver al día siguiente, marcando así el ciclo diario de regeneración del mundo. El amanecer significaba el triunfo del Bien sobre el Mal y los egipcios representaban el principio de maat encarnado en una diosa que ayudaba a Ra en su recorrido nocturno.

Maat tenía su santuario en Karnak y en Menfis. También fue venerada en otros templos, entre estos, el de Deir el-Medina. Los sacerdotes le hacían ofrendas y rituales todos los días para mantener el equilibrio universal, pero su figura estaba más ligada a la del faraón, en un sentido religioso y moral, pues éste se consideraba la encarnación de la justicia humana y divina, y como tal, debía velar por la prosperidad y bienestar de su pueblo. Durante el Imperio Antiguo era común que el propio faraón le hiciera ofrendas diarias.

Luego de la crisis política del Imperio Antiguo, el concepto de maat fue separado de la funciones del faraón. Como diosa nunca tuvo gran participación en los mitos egipcios, sin embargo se la representaba mucho como una mujer que llevando sobre la cabeza una pluma de avestruz, portando cetro uas y anj. Tras el reinado de Akhenatón también fue representada como mujer alada. La pluma de avestruz es su símbolo metonímico y aparece en el Juicio de Osiris, la cual se pesa con el corazón del difunto para conocer su destino final.

A finales del Imperio Medio, Maat se convirtió en esposa de Ra y ya en la XVIII Dinastía la pareja real pasó a compararse con éstos, cuya unión garantizaba el Orden y la Justicia del mundo. Además, el nombre de Maat fue adoptado por personajes importantes, como la reina Hatshepsut (Maatkara Hatshepsut).

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Momentos como éstos, es cuando te das cuenta de que la vida le sonríe al azar. De que, el perfume que penetra en tu piel se queda en tu cuello hasta que ya no lo hueles. Muchas son las cosas que se esfuman...El misterio del tiempo, de las sensaciones, de las costumbres. Pasas los meses pensando en dejar de hacer algo, cuando de repente te despiertas una mañana y no lo sientes, cuando ya por costumbre, no lo haces. La adrenalina que te inundaba el cuerpo era inefable y ahora...no sientes. Tienes algo nuevo que no eres capaz de reconocer. ¿Vacío? No, otro punto de vista que no me da tumbos en la cabeza hasta producirme jaquecas. Time is running? Tic-Tac, Tic-Tac? No, ya es hora de parar, se acabó el tiempo y no es una decisión, es como lo siento. No hay dudas ni marcha atrás, para proseguir con el proyecto decisivo que tantas veces describí en folios en blanco con líneas de esperanza. La ilusión está en marcha y nada ni nadie me va a parar. Cimientos preparados y muros alzados, ventanas muy amplias y, ¿las puertas?
Donde yo quiera y al ser posible orientadas hacia el norte, no vaya a ser que se caliente demasiado la azotea.

DEJA QUE YO APAGUE LA LUZ...

Aquí, mi favorita:



"Es muy tarde para cuentos". "Con quién me engañan las musas, que ya no encuentro canciones. Que me han dejao sin sonrisa, con nieve en los pantalones"."No regalas promesas, nunca dices adios".

Éstas y muchas más son las letras de un grupo que mal que pese a muchos, otros tantos les consideramos un hito en alguna etapa de nuestra vida. Las letras se recuerdan, se sienten y aunque la complejidad de vocabulario o la fluidez en sus letras no sea evidente ni comparable a la de Sabina, todos nos hemos sentido identificados alguna vez con ellas. Su primer concierto fue en "Matamorocksa", si mal no recuerdo. Le siguieron otros muchos en las fiestas del colegio San José, para luego tocar en las fiestas de San Mateo.
Han aguantado críticas de sus propios paisanos, que ahora se manifiestan en la Plaza Mayor para apoyarles, porque son el orgullo de los campurrianos desde hace mucho tiempo.
Personajes como Maurice o Miguel; escenarios con nieve y la "Primavera del 87" nos conquistan a todos mientras se nos dibuja una sonrisilla en la cara, que estando fuera de la tierruca siempre añoras.
Han recorrido España y parte de Latinoamérica, llevando el "orgullu cántabru" dondequiera que pisaran.
Somos así, un valle con sus costumbres y su gente, muy nuestros y nobles. Con las cosas claras y dispuestos siempre para los nuestros. Sin pelos en la lengua y con una idea simple de la vida. Será el agua...;)
No queremos que se deshagan, pero no está en nuestras manos.

"Que en tus noches no falte calor. No te conformes con vivir".

QUIÉREME SI TE ATREVES