martes, 28 de octubre de 2008

¡IMAGINA NIEVE!

Hoy no vamos a ponernos ni romanticones, ni pastelosos, ni místicos. Hablemos de lo práctica que es la vida. Lo que en un principio se plantea con el esquema de "NACER, CRECER, REPRODUCIRSE Y MORIR", al final es un cúmulo de vivencias que lo hacen mucho más complicado.
Si no somos capaces de simplificar la vida al máximo veremos cosas que nos harán daño, que nos destruirán o autodestruiremos. O también, cabe la posibilidad de que disfrutemos más.
¿Y qué preferimos? ¿Todo lo anterior o echarle imaginación? Es una vuelta de tuerca bastante brusca, peeeero con el lápiz de la imaginación, el niño pinta sus mejore aventuras."Imaginar es resolver un problema en un mundo donde la ilusión, es la solución". Y aunque parezca una veleta, hay veces que me pierdo en mis pensamientos y saco conclusiones imposibles e inaplicables a este mundo en donde la realidad y la complejidad de las cosas lo matizan todo, le quitan el brillo a mis ojos impidiendo que al hablar salten chispas de mis pupilas. La inocencia se pierde y eso no lo perdono, pasando a ser algo peor que patinar sobre un río helado, en donde la inseguridad y la frialdad de tus pensamientos hacen que no te fíes ni de los osos polares que te hacen de guías.
¿Qué hacemos, pues?
Ir con nuestro propio equipamiento mientras nos abstraemos en nuestras aventuras para así, hacer el camino más divertido y ameno.
¿Es práctica la imaginación? Puede que no, pero a mi me resulta fácil y eficaz.



Jardín de invierno

Llega el invierno. Espléndido dictado
me dan las lentas hojas
vestidas de silencio y amarillo.

Soy un libro de nieve,
una espaciosa mano, una pradera,
un círculo que espera,
pertenezco a la tierra y a su invierno.

Creció el rumor del mundo en el follaje,
ardió después el trigo constelado
por flores rojas como quemaduras,
luego llegó el otoño a establecer
la escritura del vino:
todo pasó, fue cielo pasajero
la copa del estío,
y se apagó la nube navegante.

Yo esperé en el balcón tan enlutado,
como ayer con las yedras de mi infancia,
que la tierra extendiera
sus alas en mi amor deshabitado.

Yo supe que la rosa caería
y el hueso del durazno transitorio
volvería a dormir y a germinar:
y me embriagué con la copa del aire
hasta que todo el mar se hizo nocturno
y el arrebol se convirtió en ceniza.

La tierra vive ahora
tranquilizando su interrogatorio,
extendida la piel de su silencio.
Yo vuelvo a ser ahora
el taciturno que llegó de lejos
envuelto en lluvia fría y en campanas:
debo a la muerte pura de la tierra
la voluntad de mis germinaciones.




PABLO NERUDA

1 comentarios:

Elbereth dijo...

Rocii :D

Vaya lio de reflexión, pero me gusta.
La imaginación es genial... pero no se trata de que sea mejor o peor... hay gente que la tiene, y gente que no... Si la tenemos... como es nuestro caso, no hay que coartarla. De hecho... es muy dificil de hacer. A mi me gusta la sensación de estarme perdiendo en mis pensamientos, de imaginar mil situaciones, mil planes futuros, mil ciudades que visitar, mil viajes que hacer y millones de personas por conocer...
Y todo eso... no se puede hacer sin confianza... confianza en los osos polares y en nosotros mismos... A veces el hielo se rompe debajo de nuestros pies... pero eso no quiere decir que debamos dejar de patinar sobre el hielo... y cuando asumamos eso, nos daremos cuenta de que cuando patinamos sobre hielo no debemos sentirnos inseguros ni tener pensamientos frios, sino volver a nuestros 10 años y ser totalmenbte felices con nuestros guantes y manoplas y riendo a carcajadas (me encanta patinar... y me encanta el hielo :D).

Releyéndolo... no sé si he dicho algo en concreto o no.
xD

Un besin!

 
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